«Quiero ser recordada por la creación de la nueva cocina dominicana» chef Tita, chef dominicana. 

Me fascina Latinoamérica con tal devoción febril, que ni aunque tuviera a Shakeaspeare a mi lado de ayudante sería capaz de describir con palabras tal sentimiento. Desde luego los países latinos son como un grupo de adolescentes con las hormonas al dos mil por cien, bulliciosos, ruidosos, absolutamente caóticos y llenos de malas decisiones (es lo que tiene la «no madurez»… ), pero a pesar de todo ello, albergo la esperanza de un buen crecimiento y de un futuro alentador. 

Pero pasemos al campo gastronómico, por favor, que de eso hablamos aquí. Parece que entre el grupo de adolescentes, se ha puesto de moda en los últimos años hablar de «marca país». Y en el caso de la República Dominicana, hablar de la gastronomía como «marca país». Vaya, ahora que ya nos habíamos aprendido el lema de «sol y playa», señores, hay que cambiar.

No hay duda de que la chef Tita como gustan llamarle los dominicanos, alberga en su corazón esta noble idea, pero se olvida de algo importante: lo primero que hay que tener para formar parte de la nueva cocina dominicana es un restaurante (físico, de los de verdad). Porque un chef nace en su cocina y de ahí crece y se desarrolla. Y poco a poco va generando un entramado social en el territorio, con su gente, con su cultura, con los productores y sus productos. No al revés. 

Y mi parte preferida es cuando se habla de la «diplomacia gastronómica dominicana». Es genial cuando sales fuera de tu país (si sales) y proclamas algo que no existe pero queda bonito. Muy de Instagram. Da igual que no identifiquemos a la gastronomía dominicana, da igual que no hayamos generado una infraestructura mínima ni hayamos organizado lo poco que tenemos, da igual que no exista un plan general ni una memoria gastronómica organizada y mucho menos un informe económico de lo que supone para el país. Da igual. Si queremos hacer marca país con la gastronomía, lo hacemos. Por que sí. Porque queda bien y bonito en el discurso internacional. 

Todo al revés y todo lleno de humo. Como a mí me gusta. 

Ay (suspiro)… a veces, me aburre tanto la ignorancia gastronómica… 

[Photo de portada Justin Aikin en Unsplash]