El pasado mes de septiembre abrió de nuevo sus puertas, después de varios meses cerrado, el restaurante italiano Il Carpaccio en París. Esta vez en manos de los jóvenes chefs Alessandra del Favero y Oliver Piras. El restaurante se encuentra en el interior del hotel de lujo Le Royal Monceau – Raffles Paris.

Un poco de historia

Alessandra se formó en la reconocida escuela de cocina Alma y trabajó en el hotel de su familia en San Vito de Cadore, en las Dolomitas. Por su parte Oliver, trabajó en restaurantes tan prestigiosos como El Celler de Can Roca, Noma o el restaurante de Joel Robuchön en Londres, entre otros.

La pareja se conoció cocinando en el restaurante de tres estrellas, Da Vittorio en Brusaporto, en la región de Lombardía. En el año 2015 decidieron abrir su propio restaurante, en el hotel familiar de Alessandra y le llamaron Aga. Un año después recibieron la primera estrella Michelin. A finales de 2019 cerraron el restaurante para mudarse a New York pero la pandemia truncó sus planes. Por fortuna y gracias a la familia Cerea, del restaurante Da Vittorio, esta pareja de cocineros se ha instalado en su nueva casa, Il Carpaccio en Le Royal Monceau – Raffles París.

El espacio

La decoración del restaurante mantiene su diseño original. De estilo siciliano, con lámparas barrocas recubiertas de conchas marinas. El techo y las paredes de cristal permiten la entrada de la luz natural y convierte el comedor en un espacio muy luminoso. El día que fui a comer estaba lloviendo y se creó una atmósfera muy especial. El restaurante se encuentra rodeado por el jardín interior del hotel. El comedor es pequeño, confortable y tiene espacio para unos 40 comensales. Si el tiempo lo permite, también disponen de una terraza en el jardín, al lado de una pequeña piscina. Un detalle que me gustó especialmente fue la comodidad de las sillas.

Restaurante italiano Il Carpaccio en París. La cocina

Partiendo de la tradición y los ingredientes italianos, Alessandra y Oliver junto a Enrico y Roberto Cerea han elaborado un menú de temporada, moderno, elegante y con elaboraciones más ligeras. El ambiente es distendido y relajado, lejos de la rigidez de algunos restaurantes de hoteles de lujo. Muchas de las elaboraciones se terminan en la mesa delante del comensal, lo que propicia un servicio más cercano y amable.

Puedes elegir entre la carta, el menú de mediodía o un menú degustación de temporada de 5 platos. Yo elegí el menú degustación, para tener la oportunidad de probar más platos.

Destacable para empezar el tartar de pez limón «al verde», un bocado fresco y crujiente que daba equilibrio a la grasa del pescado. El carpaccio es otro de los platos que van cambiando con la temporada. Carpaccio de ternera de raza Fassona del Piemonte, con salsa César, crujiente de Amaranto y trufa negra. La carne era tierna, con poca grasa y de sabor intenso que combinaba perfectamente con la salsa y la trufa, con el toque crujiente del amaranto.

No podía faltar un risotto, en este caso de calabaza, con langostinos crudos y botarga. Simplemente delicioso, perfecto, al dente como dirían los italianos. Uno de los signature dishes de la casa son los Paccheri Alla Vitorio, que terminan enfrente del comensal. Puedes ver en el REEL de Instagram el vídeo completo. Se elaboran con tres tipos de tomate, importados de Italia y ser termina con Parmigiano Reggiano. Es un homenaje a la cocina mediterránea. Simplemente es un plato que tienes que comer, sí o sí.

La parte dulce del menú corre a cargo del chef pastelero del hotel, Quentin Lechat. Técnica, estética y originalidad en los postres. Elegí un carpaccio de piña como prepostre, para refrescar el paladar y pasar a uno de los postres insignia de la casa, el clásico tiramisú. Este se prepara delante del comensal. De sabor delicado y de una ligereza remarcable. Si entras en el REEL de Instagram puedes ver el proceso completo de cómo se elabora. Uno de los mejores que he probado durante este año.

Más información del hotel y el restaurante | Hotel Le Royal Monceau-Raffles París

Foto de portada | Hotel Le Royal Monceau-Raffles París. Romeo Balancourt.