Existe una Mallorca interior. Una Mallorca que mira a la Serra de Tramuntana. Una Mallorca conectada con la naturaleza y el mundo rural. Esto es lo que pude descubrir en la finca Ca’n Beneït, un establecimiento de agroturismo situado en el valle de Binibona. 

Esta se encuentra a pocos minutos de Selva, Caimari y Moscari, algunos de los pueblos más bonitos de la isla. La Finca consta de más de 70 hectáreas, con una casa de campo medieval fortificada conocida como Alquería, y en su corazón, una almazara centenaria que todavía produce un formidable aceite de oliva virgen extra.

La finca Ca’n Beneït es el proyecto de Toni Durán, que después de pasar media vida en el sector hotelero de lujo, colgó el traje para comprar esta propiedad y convertirla en el hotel de sus sueños. La idea de abrir surgió a finales del 2020 y finalmente en marzo de este año, se abrió al público. El hotel dispone de todos los servicios de un establecimiento de lujo, con el estilo de vida de la Mallorca rural y el espíritu mediterráneo.

Creo que vivir deprisa no es vivir, es sobrevivir.

Carl Honoré

Las habitaciones en la finca Ca’n Beneït

Las antiguas estancias de la finca se han transformado en 10 habitaciones que conservan la arquitectura original. Yo me alojé en una junior suite, que tenía un pequeña terraza con vistas al valle, perfecta para disfrutar del atardecer o para tomar un buen desayuno. Las estancias son amplias y confortables, manteniendo el estilo tradicional, con suelos de barro y paredes de piedra y mortero.

El diseño de interiores es de estilo rural, con muebles antiguos, tejidos naturales y colores cálidos. La cama resultó francamente cómoda, algo que siempre tengo en cuenta en cualquier hotel que visito. El descanso es una de las cosas más importantes para el viajero. Toda la lencería es de la prestigiosa marca Spirit of the Nomad y las amenities de la marca de cosmética natural L’Occitane en Provence.

No por ser un agroturismo, tenemos que prescindir de la tecnología y su red de fibra óptica te permite trabajar a toda velocidad, si es lo que quieres, claro.

El restaurante Mirabona

Es en el restaurante Mirabona donde puede verse el fruto del trabajo agrícola de la finca Ca’n Beneït. El aceite de su almazara o la fruta y la verdura son de su propio huerto. Sin renunciar además de los productos de proximidad, como los que provee la cooperativa Coanegra o el forn de San Felip, entre otros.

restaurante mirabona exterior finca ca'n beneït
Restaurante Mirabona exterior. © Ca’n Beneït

El chef Francesc Garcés elabora una cocina tradicional, sencilla y con toques mediterráneos. Yo me decanté por unas croquetas de sepia con jugo de sobrasada y una terrina de cordero confitado con puré de patatas y verduras. De postre bizcocho de almendra con helado de naranja.

El desayuno o berenar, como le llaman los mallorquines, es una de las cosas que no te puedes perder. Interesantes sus eggs Beneït, que preparan sobre una ensaimada. Zumo exprimido, embutidos locales, pan y bollería del forn de San Felip, acompañados de un café recién hecho. Todo ello acompañado de unas vistas inmejorables al valle de Binibona. No hay mejor forma de empezar el día, sin duda.

Actividades

Otra de las opciones más interesantes es que ofrecen múltiples experiencias para los huéspedes. Como clases grupales gratuitas de Yoga, alquiler y rutas en bicicleta, spa, catas de vino o un recorrido por los olivares aprendiendo el proceso artesanal del aceite de oliva.

Para información y reservas en la web