Ca Rosset a Tarragona

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ca rosset

Escribir un blog me ha proporcionado muchas satisfacciones, y la posibilidad de poder participar en muchos eventos interesantes. Hace un mes tuve la oportunidad de disfrutar mi primer Blogtrip a Ca Rosset, organizado por Gemma Santiago de la web Divinos Sabores.

El objetivo del mismo, era reunir a un grupo de blogueros gastronómicos, de viajes y cocina, la mayoría de ellos pertenecientes a la asociación Barcelona Travel Bloggers, alrededor de una temática común, el producto de Km 0, y así poder descubrir a Ca Rosset, una familia de productores artesanos del Camp de Tarragona, que apostaron por la calidad del producto, y que ahora lo están haciendo por las redes sociales.

Nos encontramos a primera hora de la mañana en el pueblo de Vilallonga del Camp, donde nos recibió Ester Gomis en la tienda que tienen para la venta directa. Eramos un buen grupo, Ruben de la web Ruben y el Mundo, Luis de Viajero Digital, Xavi de Flavorcook, Eva y Carmelo de Donde Vamos Eva?, Raul y Diana de MundoxDescubrir, Clara de Entrandoenlacocina, y como no Gema de Divinos Sabores.

Nos fuimos todos juntos a visitar los campos de olivos y avellanos que tiene la familia, en la finca Mas del Moli, allí nos recibió Jaume, el padre de Ester, que nos explicó la realidad del mundo del campo, y su filosofía de trabajo, ya que ellos funcionan por el método de la agricultura integrada. Aprendimos la técnica tradicional de recoger las aceitunas, literalmente peinamos el árbol y mientras iban cayendo encima de la borrassa, que es una red de tela verde donde se recogen todas las aceitunas, para llevarlas inmediatamente al molino, donde sin perder tiempo, se limpian y se muelen, ya que en caso contrario,la aceituna se deterioraría y tendría un sabor amargo, y con una acidez muy acentuada. Es importante consumir aceite virgen extra, y huir del aceite refinado, que es el resultado de una serie de modificaciones químicas, os dejo un artículo de la web de Gastronomía y Cía, donde lo explican de forma muy clara. Después de ver algunos restos romanos, que todavía se conservan en la finca, nos fuimos a pasear entre avellanos, donde descubrimos que no son árboles sino arbustos, y que el proceso de polinización se produce entre especies distintas, y que la flor puede ser masculina o femenina. El periodo de maduración es de unos 8 meses, y la variedad que se cultiva, es de las más apreciadas y se llama negreta.

Antes de comer toco el turno a la degustación . Aprendimos la técnica para catar las avellanas, y que consiste en mantener con la mano cerrada 3 avellanas, para poder darles calor y así, conseguir que afloren los aromas del fruto seco, y a continuación morderla para poder detectar los sabores. Luego hicimos lo mismo con el aceite, y aprendimos que poniéndolo en un vaso opaco, calentándolo con las manos conseguimos extraer los aromas, y luego el paso por boca nos da el sabor, en el que tendríamos que encontrarlo sin defectos y con la acidez justa, otra cosa es el color, que va a depender de la maduración de la oliva. Tuvimos la oportunidad de probar distintos productos para comprobar la diferencia, y de esta manera aprender a distinguir entre los distintos productos que existen en el mercado.

Llegó el momento de la comida, que vino a cargo de Albert Roig del bar-restaurante Artik de Valls, que además disponen de un servicio de catering, y nos ofreció una muestra de las preparaciones tradicionales, las que los campesinos llevaban al campo para trabajar durante todo el día, para empezar un salmón cocinado en una papilote de barro, con sal y comino, y todo cocido en las brasas, a continuación llegó el turno de la clotxa, que no es más que un pan de payes relleno de verduras escalivadas, como el ajo, el tomate de colgar, pimiento y arenques, que aportaban la proteina. El postre fué un poco más creativo, se trataba de una espuma de nata con nueces y azafrán, con una gelatina de azafrán y cubierto por avellanas de la finca, garrapiñadas de manera tradicional. El vino llegó de la mano de Manolo Hidalgo, propietario del Celler Hidalgo Albert de la DOQ Priorat, situado en el pueblo de Poboleda. Se trata de una bodega joven, pero con mucha tradición dentro del mundo del vino, y su producción es 100% ecológica. Manolo nos presentó sus vinos, un blanco, el 1270 a vuit blanc,una garnacha blanca 100%, fermentado y envejecido en roble frances 5 meses y dos tintos, el 1270 a vuit negre, un cupage de garnacha, cabernet sauvignon, syrah, merlot y cariñena, envejecido durante 14 meses en barricas de roble, y 18 meses en botella, y el Fina, un homenaje a su esposa, también un cupage de garnacha, syrah, merlot y cabernet sauvignon, y envejecido en botas de roble durante 12 meses y en la botella durante 6 meses. En resumen, unos vinos complejos, aromáticos y que invitan a degustarlos pausadamente, todo un descubrimiento.

Al finalizar la jornada nos despedimos, no sin antes, recibir un detalle por parte de toda la familia Gomis, Jaume, Maria y Ester, para que nos lleváramos a casa un poco de su trabajo.

Los agricultores de nuestras tierras hacen una labor espectacular, manteniendo las variedades autóctonas, y esforzándose por conseguir una calidad de producto excepcional, pero chocan contra los intereses de los distribuidores que controlan los puntos de venta, todo eso hace peligrar a los pequeños productores que se ven relegados por la importación masiva, y la agricultura intensiva que obliga a tecnificar los procesos y a utilizar productos químicos para conseguir volúmenes mayores, a precios mas bajos . Esta en nuestras manos el mantener un consumo responsable, con productos de proximidad y respetuosos con el medio ambiente. Gracias a las nuevas tecnologías y al uso de internet, tenemos la posibilidad de poder ayudar a estos productores, pudiendo conseguir sus productos sin salir de casa, como los de Ca Rosset, en su página web, o a traves de las RRSS Facebook o Twitter, o bien de la forma tradicional, visitando su tienda en Vilallonga del Camp.

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