Para mi Madrid es sinónimo de amigos, risas y buenos momentos. No hacen falta excusas para salir a tomar unas cañas, y poder disfrutar pequeños momentos de felicidad con ellos.
Una de las cosas que más identifico con Madrid, es la Mahou, y me encanta poder disfrutar de una cerveza tirada con maestría, y mucho mejor, si va acompañada de una buena tapa.
A veces se hace difícil poder tomarte una buena cerveza sin pensar en tener que conducir, o acudir a algún compromiso, pero desde que descubrí la Sin de Mahou, eso se ha terminado. Apenas hay diferencia entre ellas, y es que se elaboran con los mismos ingredientes. Así que a la hora de tirarlas, apenas se nota la diferencia.
Una de las cosas que más me gusta de la ciudad, es la de poder recorrer los barrios más emblemáticos de la ciudad, parando en los bares más auténticos a tomar unas buenas tapas, pequeños bocados que armonizan a la perfección con la cerveza.
Personalmente, estoy enamorado del distrito Centro, donde podemos encontrar los barrios de La Latina, Malasaña, Chueca o Letras. Por eso, aprovecho para recomendaros un buen recorrido por ellos.
Empezamos por los famosos barrios de Malasaña y Chueca, donde se respira un aire de libertad y modernidad, donde podemos encontrar bares como el Bocaíto, con sus bravas o las tostas que hacen las delicias de una buena mañana de compras, también destaca el moderno Mercado de la Reina, con esa decoración tan contemporánea, donde podemos saborear la fritura de Cadiz o unos contundentes huevos revueltos. Pasando por Malasaña, podemos encontrar el bar Sidi, el típico bar “viejuno” que se ha convertido en un imprescindible, famoso por sus mixtos o en el otro extremo, el Circo de las Tapas, mucho más moderno y con un aire mediterráneo.
Seguimos por el barrio de las Letras, con sus calles estrechas y peatonales, perfectas para pasear y disfrutar de la concentración de museos, y en el que recomiendo parar en la Taberna La Dolores, una casa de comidas abierta en 1908, perfecto para unas tostas acompañadas con su correspondiente Sin de Mahou, o si prefieres algo un poco más contundente, para sentarte, Taberna La Daniela, y su castizo, cocido madrileño.
Por último, el barrio de La Latina, que por su cercanía con el rastro, es el lugar perfecto donde perderse un domingo. Perfecto para sentarse en una terraza. Aquí destacaría El Viajero, tres plantas para vivirlas a distintas horas del día, un local vanguardista que os encantará, y para terminar un clásico ¿Quién no ha oído hablar de Los Huevos de Lucio? Pues ya sabes, el punto y final a un día de cañas por Madrid.
