La celebración del primer aniversario de Eat Street en Barcelona, el próximo sábado 18 de abril, me sirve de excusa para reflexionar acerca del Street Food en España, y concretamente en Barcelona, que es la ciudad en la que resido actualmente.

Los que me conocéis, o me seguís, sabéis que una de las cosas que más me llenan en la vida, es viajar. Una de las mejores maneras de sumergirse en la cultura de un país, es a través de su comida, y por ende, de la gente que la cocina. Comer en la calle, lo que se conoce como Street Food, es una de las actividades que más me divierte, ya que te permite probar las especialidades locales, y a su vez, hablar cara a cara con las personas que las cocinan.

Paradójicamente aquí, en nuestro país, esto es algo impensable, aunque mis recuerdos de la infancia transcurren, entre las casetas de helados que se instalaban, cada verano en mi pueblo, y los puestos ambulantes de castañas en otoño, o las churrerías que en tantas ocasiones, nos han reconfortado el estómago al llegar a casa por la mañana, después de salir toda la noche. La legislación en España, solamente permite la venta ambulante de comida, en los lugares o eventos establecidos, como mercadillos o ferias. Si luego sumamos los fantasmas, como el miedo a la competencia desleal, o la absurda idea que el Street Food, es lo mismo que el Fast Food, nos encontramos en que, hasta hace muy poco tiempo, disfrutar de la comida en la calle era pura anécdota.

Es por eso, que cuando hace un año, el crew de la revista BCNMES organizaron el primer Eat Street, en el CREC del Poble Sec, me alegré de ver que había gente dispuesta a luchar por hacer llegar el Street Food a la ciudad. El éxito fué tal, que en pocas horas el espacio quedó pequeño, lo que permitió descubrir la gran demanda que existía en la ciudad, para este tipo de acontecimientos. La gente lo estaba pidiendo en voz alta.

Foto de la primera edición de Eat Street Barcelona, en el centro de coworking CREC, en Poble Sec

Durante este año se han ido sucediendo varias ediciones de Eat Street, desde sus inicios en un local cerrado, hasta llegar a la calle, en esta ocasión en el Moll de Sant Bertran, dentro de las instalaciones de Trasnmediterranea, en el puerto de Barcelona. Paralelamente han aparecido más proyectos, con el Street Food como hilo conductor , como el Van Van Market, el SoundEat, Palo Alto Market, o el MadrEat Market de nuestros vecinos de Madrid.

Foto del Food Truck Eureka, en la segunda edición de Eat Street Barcelona, en Palo Alto
Foto de la primera edición de Eat Street Barcelona, en la plaza de las Glorias
Cartel de la última edición de MadrEat Market

 

¿Qué decir de los Food Trucks y su futuro?

Es muy difícil nombrarlos a todos, ya que hay muchos. En las fotos solamente aparecen algunos ejemplos, pero faltan muchos más. La oferta gastronómica es muy variada, en un año se han creado muchos Food Trucks nuevos, y se han consolidado otros, que decidieron apostar por este modelo de negocio, ya en su día. Imagino que a estas alturas, la gente se pregunta, si esto es solamente una moda, o incluso, si podrán coexisistir tantos Food Trucks juntos.

En mi opinión, el Street Food es un hecho, y ha llegado para quedarse, como en otras grandes ciudades del mundo, como New York, Londres o Bangkok. En el caso de los Food Trucks, solo los que demuestren su calidad y sean capaces de aportar valor añadido, se van a mantener, pero creo que eso ocurre con la mayor parte de los proyectos.

Skye Coffee Co.
Mr. Frank and the Butis
Caravan Made

En la actualidad hay dos asociaciones, Foodtruckscat, en la comunidad Catalana y Streetfoodmadrid, en la comunidad de Madrid, además de otras entidades, como BCNMES, o Van Van Market, que luchan por cambiar la legislación en esta materia. Imagino que llegará el día que los gobiernos se den cuenta de que con una correcta regulación del mercado, los Food Trucks podrán compartir el espacio público con el resto de usos.

Love Food Truck

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